jueves, 26 de enero de 2012

Aparezco en "La Tribuna de Talavera"



La filosofía japonesa del barro

La Escuela de Artes recibió ayer la visita del artista japonés Masakazu Kusakabe, quien ofrece hasta hoy un seminario sobre técnicas alfareras y la cocción en horno de leña


Por la Escuela de Artes de Talavera han pasado en los últimos años artistas internacionales de varias disciplinas, como la fotografía y la cerámica. A esa lista de personajes ilustres se suma desde ayer un nombre: Masakazu Kusakabe. Este maestro japonés, natural de Miharu (Fukushima), el artista cuenta con varias publicaciones y se ha convertido en todo un referente de la filosofía del Wabi Sabi y Zen, aplicada a las artes plásticas, y en concreto, a la cerámica.
Las piezas que nacen de la destreza manual y alfarera de Kusakabe llevan implícitas el modo de vida y filosofía propia de su autor. «En el mundo todos somos diferentes, y así son mis piezas, todas diferentes entre sí, ahí está su esencia», con estas palabras, traducidas por la intérprete, el artista comenzó a trabajar la arcilla ante la mirada de los participantes en el seminario que concluirá hoy y en el que se han inscrito alumnos, profesores y artesanos de Marbella, el País Vasco o Cádiz, entre otros puntos de la geografía nacional.
Kusakabe, además de crear un estilo propio y contar con una amplia producción basada en el ritual del té, que roza los límites de la filosofía y la religión, según señaló uno de los profesores responsables de organizar el seminario, ha publicado varios libros sobre la cocción del barro en horno de leña.
El horno de leña sin humo ha sido la gran aportación del maestro a la historia de la cerámica, y reducir el tiempo de cocción su principal objetivo. Sobre este tema ofreció ayer su primera conferencia, recibiendo la ovación del público por la energía y la facilidad para transmitir sus conocimientos al auditorio, a pesar de la diferencia de lenguas.

De la teoría a la práctica. De la sala de conferencias y exposiciones de la Escuela de Artes, los participantes en el seminario tomaron posiciones frente al torno eléctrico de alfarero en el que Kusakabe realizó su primera sesión práctica. Cámaras de vídeo, de fotografía y móviles sirvieron para inmortalizar la destreza del maestro.
En occidente, indicaron, el torno gira en sentido contrario a las agujas del reloj, mientras que en oriente, el giro se realiza conforme a las agujas del reloj. Kusakabe solucionó este problema con una sonrisa dando la vuelta al torno, desafiando a las leyes de la física.
Con sus manos, y tras amasar la arcilla, «¿de tierra gruesa o fina?», preguntó, elaboró todo un catálogo de piezas con la ayuda de un instrumento de madera, retocando cada pieza con espontaneidad cumpliendo así con su filosofía: el arte está en elaborar piezas únicas, donde se refleje la impronta del artista.