Después de cuarenta años, Ana, la hija de Chito el lechero, ya en su madurez y dejando atrás toda una vida de emigrante en Francia, regresa a su ciudad y decide volver a la Casa Grande, la casa en la que un día entró como una niña que tenía que ponerse a servir para paliar el hambre de su familia. En aquella Casa encontró a la señorita Rosa, la hija de familia acomodada a la que debía acompañar y servir. Entre esas dos mujeres, Ana y Rosa, surgió un vínculo que las haría cómplices, compartir sus avatares de la adolescencia y la juventud y sobre todo, afrontar los vaivenes de una sociedad española que vio cómo se desataba la mayor de las tragedias fruto del enfrentamiento entre el mundo de Ana y el mundo de Rosa.
"... y sin embargo te quiero" es una crónica de quienes convivieron con sentimientos encontrados, con intereses opuestos, con realidades enfrentadas pero compartían sentimientos, intereses y realidades. Es la crónica de un país que nunca estuvo teñido de colores, separado tajantemente, dividido o parcelado porque existía una gama de tonos que envolvía a unos y otros. En la recuperación de la Memoria Histórica no debemos olvidarnos nunca de aquellos españoles y españolas que supieron amar por encima de banderías, ideologías y alistamientos y que por esa razón, porque amaban, sufrieron la tragedia con mayor dolor.
Miguel Murillo
Nota: Sinopsis extraída del panfleto que te den al entrar al teatro.
