lunes, 22 de septiembre de 2008

La obra "...Y sin embargo te quiero" en "La Tribuna de Talavera"

TEATRO
COPLA A LA LIBERTAD
Alejandra Torray y Ángeles Martín ponen voz a las dos Españas surgidas en torno a la Guerra Civil en ‘...Y sin embargo te quiero’
J. G.
El Teatro Palenque alzó su telón para dar paso a la crónica humana en la que Miguel Murillo retrata las dos Españas surgidas en torno a la Guerra Civil, junto al devenir y las relaciones de dos personajes que se desnudan ante el público en una evolución in crescendo, marcada por la personalidad de Rosa y Ana, encarnadas por Alejandra Torray y Ángeles Martín, respectivamente.

Hablar de ‘...Y sin embargo te quiero’ es hacer un viaje retrospectivo a las vivencias y sentimientos de los españoles que lucharon por su ideología; es descubrir de la mano de dos amigas cómo la amistad es más poderosa que el odio y el rencor. La obra refleja intereses y realidades y, ante todo, transmite al espectador sentado en su butaca lo que fue una de las épocas oscuras de España.

Murillo opta en su obra por seguir una estructura cíclica focalizando en los personajes un pasado que se hace presente mediante la sucesión de escenas que se funden entre coplas y pasodobles interpretados por Juanito Valderrama y Arabia Martín.

El público presenció una obra intimista y humana. Un texto interpretado por dos titanes de la escena española contemporánea como son Alejandra Torray y Ángeles Martín, binomio que llegó a extremos sublimes entre las candilejas y bambalinas del Palenque desprendiendo risas y llantos en más de un espectador.

El encargado de articular esta trama, Antonio Corencia, se encontraba presente en la sala ya que Talavera ha sido la primera ciudad de Castilla-La Mancha en acoger el montaje. Corencia hizo su aparición en escena al finalizar la representación de la mano de Torray y Martín, que quisieron compartir con el director la calurosa ovación de un público entusiasmado y que sabe apreciar al trabajo bien realizado.

La obra transcurre en el salón de la Casa Grande, residencia de la señorita Rosa, donde se fragua la amistad entre la criada Ana y la pequeña Rosa. Una relación que se verá demacrada por la confrontación ideológica de los personajes, y que llevará al exilio en Francia a Ana. Tras cuatro décadas alejada de su tierra, se produce el reencuentro, donde se revive aquella amistad truncada por ideologías discrepantes.

montaje escénico. La creación del espacio escénico, diseñada por Lourdes Murillo, refleja de una forma simple, pero con un gran resultado, la decadencia de una relación. Un taburete y una gran mecedora simbolizan las dos clases sociales que representan Ana y Rosa. Simbolismo que cobra fuerza en la mancha de sangre situada en el suelo recordando al espectador que la guerra y el no diálogo se resumen, tan sólo, en sangre.

La música y la iluminación, diseñada por José Martini, juegan un papel fundamental en el transcurso del tiempo escénico. Una obra para disfrutar y recordar lo que fue la España pasada. Tintes humanos, amor y amistad frente a banderas y alistamientos, que pusieron en pie al respetable.

(Texto extraído de www.diariolatribuna.com/Talavera/secciones.cfm?secc=Vivir&id=650657 del "Diario La Tribuna" de Talavera de la Reina (Toledo) del día 22 de septiembre de 2008)